Cuidados Básicos del Yeso Acuático (Waterproof)

Es importante tener en cuenta que a pesar de haber mejorado considerablemente tu calidad de vida con nuevo tipo de yesos, no debes olvidar que aún tienes una fractura que hay que vigilar y cuidar.

A continuación detallamos algunas de las consideraciones y normas básicas para el correcto cuidado de tu yeso Acuático (Waterproof):

Mantén siempre el yeso limpio y seco.

Si te notas el yeso suelto debido a la desaparición de la inflamación inicial, acude a tu médico para valoración, podría ser necesario realizar alguna modificación en el yeso o incluso cambiarlo por uno más ajustado.

Después de la ducha se recomienda secar el yeso Acuático (Waterproof) con un secador de pelo (con aire frío). No debes intentar secarlo con aire caliente, pues podría ocasionarte una quemadura.

No te introduzcas ningún objeto dentro del yeso Acuático (Waterproof), si tienes picor o molestias puedes ponerlo bajo un chorro de agua tibia que te calmará la sensación de malestar.

No te coloque cremas ni otras lociones en el interior del yeso.

No debes sacar el material de relleno del interior del yeso, puesto que podrías poner en contacto la piel con la capa externa de fibra de vidrio/ polyester y producir alguna lesión.

En el caso de que te sientas sensación de quemor, o mal olor del interior del yeso Acuático (Waterproof), deberá acudir a su médico para valoración.

Debes llevar el brazo en cabestrillo y mover frecuentemente los dedos.

Si el yeso Acuático (Waterproof) es del miembro inferior, no deberías  apoyar la extremidad hasta que tu médico te lo autorice, debido a que puedes desplazar la fractura. En algunos casos, se te permitirá la carga con el yeso Acuático (Waterproof) usando un calzado especial para el yeso.

No pongas aceites, lociones, polvos, arena, tierra, vaselina, jabones agresivos y disolventes cerca del yeso.

Evita deportes de contacto y actividades bruscas que podrían dañar el yeso y desplazar la fractura.

Cuándo acudir a tu médico:

Si el yeso se rompe o hay zonas blandas.

Si los dedos o las uñas se quedan pálidos, azules o grises.

Si te notas calambres o parestesias y frialdad en los dedos.

Si te notas aumento de la inflamación.

Si te observas sangrado, supuración o mal olor del interior del yeso.

Si tienes un aumento del dolor que no cede con analgesia habitual.

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