La parálisis cerebral infantil es un trastorno motor no progresivo causado por una lesión del Sistema Nervioso Central (el cerebro) durante los estadios tempranos de su maduración, o sea en la época fetal o en los primeros años de vida.
Se acompaña con frecuencia de otras anomalías neurológicas como retraso mental (60%), epilepsia (30-50%), déficits sensoriales (50% visuales, 10% auditivos), problemas de aprendizaje e hiperactividad con déficit de atención.
La incidencia global es aproximadamente el 2% de los recién nacidos.
¿Cuáles son las causas?
Hay múltiples causas que pueden actuar durante el periodo prenatal, perinatal o postnatal. Una de las más frecuentes es la prematuridad ya que alrededor del 40% de los niños con PCI presentan este antecedente.
Tipos de Parálisis Cerebral Infantil
Según el trastorno del movimiento predominante se clasifica en 4 tipos:
- Parálisis Espástica
- Parálisis Distónica
- Parálisis Atáxica
- Parálisis Mixta
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de esta condición es muy complicado en las etapas tempranas de la vida. Aún cuando la lesión cerebral pudo haber ocurrido durante la vida fetal, generalmente no se logra diagnosticar hasta meses, incluso años después del nacimiento.
Generalmente se empieza a sospechar cuando el bebé no cumple en los tiempos considerados normales los hitos del desarrollo, como gatear, caminar, etc. Y los niños con factores de riesgo en su historia clínica (como prematuridad, etc.) serán examinados de forma exhaustiva por parte del Pediatra para detectar cuanto antes una posible PCI y así poder empezar los posibles tratamientos.
Además de anamnesis y examen físico podrán ser necesarias pruebas complementarias como exámenes de laboratorio, estudios de neuroimagen (radiografías, ecografías, TAC y resonancias magnéticas), exámenes metabólicos y genéticos.
¿Cuál es el tratamiento?
El objetivo de los tratamientos será reducir las anomalías del movimiento y del tono muscular, tratar los trastornos asociados y prevenir posteriores alteraciones del desarrollo del niño.
Por eso el paciente deberá ser atendido por un equipo multidisciplinar formado por pediatras, neurólogos, neurocirujanos, traumatólogos infantiles, fisioterapeutas, rehabilitadores, psicólogos y otros profesionales.